La prohibición impuesta por China al ingreso a sus puertos de los buques mineraleros gigantes de Vale SA está siendo interpretada por muchos observadores como una señal de las dificultades que se le plantean al nuevo liderazgo del país, para ampliar la competencia en la segunda mayor economía del mundo.
Vale invirtió cerca de USD 2.000 millones en su flota de mega graneleros –conocidos como “Valemax”-, pero las autoridades chinas mostraron reservas en cuanto a la seguridad de las operaciones de los barcos. Analistas y observadores del sector, sin embargo, dicen que el motivo es otro: la oposición de una asociación de la industria naval china dominada por una estatal.
La novela de los Valemax deja entrever una de las mayores batallas que los nuevos dirigentes de China tendrán que enfrentar al tomar las riendas esta semana. Entre los economistas, hay fuerte consenso de que, para conseguir un crecimiento sustentable, Pekín debería permitir mayor competencia en el país y promover reformas en empresas estatales.
No obstante, la campaña enfrentará serios obstáculos en un país en el que la línea que separa estatales y agencias reguladoras es tenue, y donde entidades de gobierno luchan por poder. Las estatales y sus principales reguladores prometen reformas - pero también defienden su papel en la economía.
Sectores como los de telecomunicaciones y bancarios son dominados por empresas estatales. Para el consumidor, ello significa contar con solo tres operadoras de celular y tener el crédito bancario dominado por bancos públicos, por ejemplo.
Los megabarcos de Vale tienen 360 metros de eslora, casi tres veces y media la longitud de un campo de fútbol. Superan en un 50% el tamaño del segundo mayor carguero usado por compañías de transporte marítimo, chinas o no. Vale concretó el primer encargo de un total de 35 megabarcos a astilleros asiáticos en 2008. Cada embarcación cuesta más de USD 100 millones.
Al principio, Pekín abrazó la idea. Astilleros chinos fueron contratados para fabricar 24 de los buques, la mayoría de los cuales ya está navegando. Los restantes fueron encargados a empresas surcoreanas. Dos bancos públicos, el Banco de Exportación e Importación de China y el Bank of China Ltd., liberaron USD 1.300 millones para financiar la mitad de las embarcaciones fabricadas en China.
La compra de los barcos fue una novedad para Vale, que siempre contrató empresas de navegación para transportar el mineral de hierro, materia prima del acero. La decisión convirtió a Vale en un potencial competidor de empresas de transporte de cargas secas a granel, especializadas en el movimiento de materias primas y “commodities”.
En diciembre del año pasado, el primer Valemax, el “BERGE EVEREST”, atracó en el puerto de Dalian, en el nordeste de China. En 55 horas, descargó 350.000 toneladas de mineral de hierro, un récord mundial. El presidente de la asociación de la industria siderúrgica de China afirmó que la embarcación ayudaría a derribar costos.
Un mes después, empero, el Ministerio de Transportes de China emitió una circular que, en la práctica, vetaba el acceso de los Valemax a los puertos. El ministerio se decía preocupado por la capacidad de los puertos chinos para lidiar en forma segura con el buque. La Asociación de Armadores de China había dicho que el caso de los Valemax era "una cuestión de monopolio y competencia desleal, que no solamente afectaba los intereses de la industria de transportes de China continental, sino también los de Corea del Sur, Japón y Taiwán". La asociación no quiso prestarse a un reportaje.
La detección de una rajadura de 60 centímetros en el casco de un Valemax en Brasil, en diciembre último, reforzó la preocupación del ministerio. Ingenieros especializados en seguridad naval dijeron en tanto, que el incidente fue aislado e insuficiente para arrojar dudas serias sobre la seguridad de los barcos, que ya atracaron en puertos de Japón, Italia, Holanda y Filipinas.
El presidente de la asociación de armadores de China es Wei Jiafu, que también dirige la compañía estatal de transportes marítimos China Ocean Shipping (Group) Co., la mayor del país en capacidad. En el circunspecto medio empresarial chino, el "Capitán Wei", como acostumbra ser llamado, es una rareza: un ejecutivo extravagante que cierta vez fue capturado por piratas. El presidente de Cosco también es un alto miembro del Partido Comunista y del poderoso Comité Central de Inspección Disciplinaria del partido, órgano interno de fiscalización.
Wei acostumbra criticar el exceso de capacidad del sector de transportes marítimos. La división China Cosco de la compañía registró un perjuicio de 10.500 millones de yuans (USD 1.690 millones) el año pasado, por causa del exceso de oferta en el sector, el enfriamiento del comercio mundial y el ímpetu de construcción de los propios astilleros de la empresa.
Analistas del sector dicen que la oposición de Cosco fue el mayor obstáculo al ingreso de los Valemax a China. "Cosco es la que más tenía para perder con los planes de Vale", observó Janet Lewis, analista de Macquarie Securities.
El proyecto Valemax generó negocios para los astilleros chinos. Pero la mayor parte del trabajo quedó para China Rongsheng Heavy Industries Group Holdings Ltd., una empresa privada que no tiene la misma influencia de estatales como Cosco.
Un portavoz de China Cosco, Guo Huawei, dijo que la empresa no tuvo nada que ver en el asunto. "Nunca oí hablar de algo así", expresó.
Para Vale, la decisión de China significó un serio golpe a la estrategia de distribución mundial. João Mendes Faria, director de desarrollo de negocios globales de la minera con sede en Rio de Janeiro, dijo que los nuevos buques servirían para hacer más competitivo al mineral de hierro de Vale respecto de sus rivales de Australia e India, cuyo gasto logístico es menor debido a su proximidad con el mercado chino. Según Faria, la capacidad de la nueva flota no tendría un impacto importante en los negocios de Cosco.
Durante la visita del premier chino Wen Jiabao a Brasil, en junio, la presidente Dilma Rousseff abordó el tema, lo que llevó a la creación de una “fuerza de tareas” bilateral. Según Vale, hubo poco progreso. Pero la expectativa es que, con la transición en el mando en China, se produzca algún avance. Hasta hoy, Vale no consiguió una reunión en el Ministerio de Transportes chino. (Fuentes: Valor Econômico y Portos e navios)
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